Una siesta a deshoras siempre sienta mal (LIBRE)

S.I.E.S.T.A= Sobada Intensa Extraterrestre Tras Aburrimiento/Almorzar. Daba lo mismo como se denominara pero mi estado era de completo adormilamiento, primeramente debía preguntarme ¿Por qué había ido yo a ese discurso?... La canciller, como todos los políticos hablaban como si cantasen una canción de cuna y yo estaba Frito con Adeleim a mi lado andando como un zombie por los pasillos del senado, las miradas puestas en mi tras mi espectáculo, al parecer roncaba, y nunca me había percatado:

Adeleim... ¿por que no me despertaste?...-dije entre un bostezo, sin que nada de lo ocurría a mi alrededor me importase, allá ellos, si se entretenían poniendome verde.

Lucanorcito... digamos que yo estaba recargando energías-dijo Adeleim con una intrigante sonrisilla, eso significaba que se guardaba algo, de todos modos no tardé mucho en contestar a eso.

¡No cuela...! Te recargas por energía solar...- la miré, en respuesta recibí una colleja de su parte que me hizo abrir los ojos de par en par mirándola intensamente, así era una relación de poco mas de 10 años ya-¡Adeleeiim!

¿Quee?... No me gusta que me lleves la contraria-dijo como si nada siguiendo andando tan elegantemente como siempre y sacándome la lengua, maldito holograma... ¿por qué la querría tanto?... si ya... la fabriqué yo y en el fondo somos iguales...

Un dia te despiezo... y te quedas en la nave... lo juro...-resoplé mientras Adeleim se dirigía a la nave y yo me quedaba solo mirando por un ventanal de los pasillos observando el despegue y aterrizaje de las naves en la puesta de sol, era muy hermoso...

Finalmente el vacío del poder había sido superado y ahora volvíamos a tener a un Canciller que, confiábamos sabiamente, podría dirigirnos a los Falcons en busca de la paz y la libertad, del bien común y universal. O tal vez fue eso lo que quise pensar tras haber escuchado su discurso. Lo curioso era el nuevo dato, ahora más de la mitad de sistema solar estaba siendo controlado por mujeres, tanto con la Emperatriz que había tomado investiduras en el dominio Valiants como con nuestra nueva Canciller, recién nombrada y votada.

Otro dato curioso fue que, a pesar de lo bien que había caído al pueblo, en un primer momento hubo serias dudas sobre el nombramiento de una mujer para el cargo. No es para menos, hace poco que me han otorgado el privilegio de representar a Venus como su senadora e igualmente los miembros del consejo aún no están preparados para los nombramientos de tantas mujeres en las tomas de poder. Pero si había algo que me gustaba, eran los cambios, porque no todos ellos tienen porque ser malos, algunos nos ayudan y apoyan la evolución, ese es el tipo de cambio que me gusta.

Tras el discurso, al igual que todos los presentes, no tarde en aplaudir a la nueva Canciller y, posteriormente, rodar los ojos a un recién dormido Jefe de la Flota. Suspire prolongadamente para mi misma al observarle, se a ciencia cierta que en su trabajo es el mejor pero como persona no es muy responsable ni cuidadoso, por suerte no recae en el la misión de representarnos frente a otras civilizaciones y planetas como Lirantas o Valiants, sino sin duda alguna seriamos un admereir. La reunión en el Senado Galáctico termina y creo que soy una de las últimas en salir para poder felicitar personalmente a la recién envestida, posteriormente salgo por lo que los pasillos ya se encuentran menos cubiertos de personas, y aun así si lo esta de guardias.

Camine con tranquilidad y elegancia hasta posarme frente a frente con las ventanales, a sabiendas de quien tenía a mi lado – La puesta de sol... La muerte del astro rey tiñe el mundo de rojo sangre. Me pregunto cuántas veces más podré contemplar esa triste tonalidad…- Susurre, pues muy a mi pesar nunca sabría el tiempo exacto que podría continuar ahí, pues hasta no hace mucho numerosos valientes hombres luchaban por la paz y terminaban fallecidos antes de poder presenciar un nuevo amanecer y día junto a su seres queridos.

Mantuve mi mirada fuera del ventanal donde proseguía aquella puesta de sol y obviamente fui interrumpido por la mujer mas... mas... bueno... además de filósofa se podía decir que era la únca política que me gustaba... bueno su forma de ser era apaciguada y quizás algo o demasiado tranquila para mi, pero tenía un noseque en sus palabras que siempre me animaba, además que siempre conseguía devolverme el sarcásmo:

Cyntherea... ¿no habeis tenido suficiente cantándome en la sala..? -dije resoplando de forma angustiosa mientras la miraba enarcando las cejas-Es una puesta de sol... no un libro de esos de poesía...

Tenía poco tacto, además que esas cosas a mi no me iban, era demasiado... como decirlo, cursi, pero eramos diferentes en ese aspecto, incompatibles, y llevarnos de ese modo no nos ayudaba mucho a ambos, sobre todo cuando ella solo por joderme, me hacia escoltarla a su planeta o traerla aquí...:

¿Ya puedo subir al espacio?... ¿o habrá reunión de los altos mandos?-era algo que me temía y si no me había ido aun era por ello, por lo que mejor esperar, sabia en parte que ella llegaría, o alguno a avisarme al menos

- ¿Cantando? No, no me ha tocado hablar hoy en el Senado, aunque igual os canto una nana en la nave- Me encogí de hombros, despejando mi mirada de los ventanales y del astro celestial para posicionarla sobre el militar, con toda la tranquilidad y paciencia del mundo como si verdaderamente estuviera observando a un niño pequeño al cual debería explicarle todas las cosas, una a una, con total detalle. – La poesía aparece en todos los aspectos de la vida, e incluso en los mas recónditos e inexplorados. Sin embargo no es el tema que nos ocupa, otro día quizás te hable sobre poesía pero hoy es la investidura de la Canciller lo verdaderamente importante -

Negué con la cabeza en cuanto me pregunto, por suerte para él no había ninguna reunión a consideración en estos momentos. Éramos consientes de la importancia de la misma, pero ahora la Canciller debía descansar con brevedad y, dentro de poco tiempo, se realizaría el encuentro. Es más, pensábamos hacerlo por hologramas cada uno en su planeta en cuestión hoy mismo, quizás si la nave de Lucanord llegaba a tiempo podría hacerla desde Venus, en cambio sino lo hacía tendría que hacerlo desde la mismísima nave, nunca se sabe. -No, pero desgraciadamente para ti deberás llevarme a Venus y rápido si no quieres que te cante la nana por el camino en una reunión o con ayuda de Adeleim -

¿Dormirme en la nave?... no puedo debo tener mis sentidos en llevarla sana y salva a Venus... de todos modos no me mire con ea cara de ternero degollado, no cuela-dije sacandole la lengua de forma divertida mientras esta a mi me miraba de la forma más aburrida existente, si es que los políticos eran aburridos, aunque al menos su respuesta no lo era, exceptuando cuando "hablaba para el pueblo"-Si...q ue alguien tome el liderato del pueblo Falcon es necesario... pero la pregunta es... ¿es como ha dicho ser?... no la conozco ni voy a prejuzgarla, pero támpoco me fio de nadie mientras no la conozca... quizás sea de usted de la única política que me fie... y es porque le cae bien a Adeleim...

Entrecerré los ojos y lka miré de mala gana siendo entonces cuando tiré de su brazo bruscamente para dirigirnos a los hangares, no me cantaría lanana ni de coña, así que mientras ella se veía avasallada por tirar de ella, llamaba por el ordenador de muñeca a Adeleim:

Adeleim, nos vamos... asíq ue ten lista la nave... y ahi por tu bien si se te ocurré ponerte a politiquear-dije tajante entre una oren y una amenaza.

Código:

LUCANORCITO... ¡NO ME GUSTA LA POLITICA!... ¡Y NO ME DEES ORDENES...!

Gritó Adeleim bastante mosqueada... mientras nos dirigiamos a los hangares... ¿por que la haría de esa forma tan parecida ami?... bueno para mi mejor, pero que me chillase constantemente:

¿ni con mi personalidad le puedo quitar las manias de las mujeres?-pregunté a Cyntherea soltándola al ver que los soldados nos miraban raros

Rodé los ojos pero no respondí a la primera de cambio, me lo tome con calma y paciencia, ambas palabras que bien me caracterizaban y estaban conforme a mi personalidad. Había que tenerlas si eras Senadora y formabas parte del mundo de la política, era lo que tocaba y podía. Cada quien era acorde a su papel, Lucanord pilotando y yo con el don de la palabra, cada uno pasaría a la historia a su manera y es probable que con un destino muy diferente. Por supuesto no me interesa pasar a la los anales de la historia y que mi nombre quede en los libros, lo que me importa son las decisiones que pueda tomar para procurar un mundo mejor para mi, los míos y los Falcons.

- La desconfianza es la primera de las fallas en una nación. Debemos confiar entre nosotros mismos si queremos conseguir un mundo mejor, donde no hayan guerras ni muertes. Quiero la paz, y bien lo sabes Lucanord. Se que a ti esto te esta sonando a una utopía imposible de cumplir, pero piensa en que si queremos un cambio, una mejora…Debemos confiar los unos en los otros, no la hemos visto actuar…Podemos darle un voto de confianza, lo merece…Lo necesitamos – Ignoro completamente su charla con Adeleim, pues bien los conozco a ambos y se que cuando se ponen con paripés no hay quien los pare, lo que si me sorprende es su acto reflejo de tomarme con la mano con brusquedad.

Tengo que alzar mi otra mano para tranquilizar a la guardia que me acompaña, para que no alzan sus armas contra Lucanord. Posteriormente, cuando se detiene y me suelta, aprovecho para abofetearle en la mejilla derecha y mostrar mi rostro enfadado e indignada, molesta por su actitud para conmigo. Puede que haya confianza entre nosotros, pero eso no quita que me trate como un simple carro de cargas al que deba mover, tengo piernas, se hacerlo por mi misma – Sana y salva, almirante. Muy sana no me llevará si me continua tirando del brazo de esa manera- Añadí frotándose la mano, dolía después de la presión ejercida en mi muñeca para llevarme de un lado a otro.

¡Amiga mia!... la desconfianza es lo que me ha mantenido vivo hasta ahora... mira lo que ocurrió en el malevolence por confiar en algunos... un tratado de paz a la mierda, que incluso... el excéntrico almirante y jefe de flota quería, ¿qué gano yo destrullendo naves?... nada... me gustan las naves, no destruirlas, y menos con gente dentro, pero tengo que hacerlo, la mente humana es demasiado rara... por eso yo me manejo con máquinas... que las hago raras... pero me se defender mejor...-dije con total tranquilidad, no utilizaba una jerga incomprensible ni muy dada a enrollarme, a noo ser que hablara de Adeleim o de algun aparato que me gustara, si era lo unico que podría hacerme sonreir como si fuera un mocoso.

¡Ostia monumental!... los soldados se reian y yo los miraba encogiendome de hombros mientras hacia una mueca y suspiraba para luego mirarme en el ventanal y ver el dorso de su mano reflejado en mi rostro, la leche que me había metio la joia... no paraban de darmelas:

¡me habías asustado!... -dije mientras proseguía luego hacia los hangares acariciandome la mejilla colorada... aquello había dolido y mucho, ahora aestar calladito... ¡y una mierda!-Oye... ¿Ahora que todos los lideres politicos sois mujeres?... ¿puedo ir preparando una bañera de barro?... nose una pelea en barro molaria... no es por machismo, pero es que... si los hombres somos brutos dialogando... las mujeres o hablais de compras o de algo raro... ahora me siento solo

-La desconfianza alimenta al temor y al odio, al rencor y a las muertes. Una desconfianza mal infundada puede llevar a que las buenas intenciones se pierdan y caigan en la desesperanza. Debemos confiar los unos en los otros, y más aún si somos del mismo bando. ¿Acaso intentáis decirme que no debo confiar en vos? Puede que vuestras formas sean ortodoxas, pero os he confiado mi vida más de una vez y no me habéis fallado nunca…Esa es la misma confianza que deberemos depositar sobre nuestra nueva Canciller, la confianza de los cambios positivos y de la armonía conjunta- Respondí a mis anteriores palabras aún frotándome la muñeca dolorida por haber tirado de ella instantes atrás. Lucanord tenía demasiada fuerza para llevar armas, y eso estaba bien aunque personalmente las odio, pero mira que usar esa misma fuerza para llevarme a mi…

Le fulmine con la mirada, tanto a el como a los hombres que al instante pararon de reír y continué andando, nadie me iba a imponer mi ritmo y menos él – Y vos almirante me habéis hecho daño en la muñeca, creo que estamos en paz. Dialogar es imposible y parece que para tratar con vuestra merced hace falta usar el puño y la mano, la violencia absurda que corrompe nuestras mentes y falsea nuestro sistema. Vuestras palabras son machistas, antaño fueron los hombres quienes dominaron la tierra, ahora con la era de los cambios es justo que también sean las mujeres las que los argumentan. Por su puesto tampoco es culpa nuestra, todos los de Falcons son elegidos por el consejo y ellos son hombres…Si nos han elegido a nosotras, a mi como Senadora y a ella como Canciller…Sus motivos tendrán-

¡Senadora! No hablo de desconfiar en todos... mas si confía en mi es por que me lo he ganado a pesar de ser como soy... pues mira por donde... no soy el típico tipo que te va haciendo reverencias por ahí... ¿verdad?... en cambio... ¿por qué confía en mi?... mas igual yo confiando en usted... ¿por que debería hacerlo?... yo hago lo que creo conveniente... y hasta que no conozca a una persona... no confiaré en ella, pero una cosita te voy a decir... no voy a hacer nada mientras no confie en ella... solo mantenerme alerta... pero seguiré us ordenes y que cambie lo que quiera... no voy a evitarlo -dije suspirando, auqnue bueno... tampoco entendí gran cosa a lo mejor tenía razón solo que yo era muy cabezón.

Sin aminorar la marcha escuché sus palabras, no me gustaba como solía imponer palabras rebuscadas en el vocabulario, bueno a mi me daba igual:

Mire... siempre he dicho que gobernarían mejor unos primates que los políticos... y eran hombres... lo mismo sigo pensando con las mujeres... no es machismo... solo que si os peleáis... me daría mas morbo y quizás me mantuviese despierto si lo hicieseis en el barro-dije tajante sin bajar la velocidad de andar, poco me preocupaba su muñeca y los soldados ante aquella estampa estaban aguantándose la risa... no teníamos remedio... esa senadora y yo teníamos una relacion algo especial

- Si confió en vos por porque me habéis demostrado que, a pesar de vuestras formas, cumplís con vuestro trabajo. Y eso es porque os di la oportunidad de demostrármelo, sin embargo a ella no se la estáis dando, eso es injusto. Dadle un voto de confianza y os demostrará que es una buena Canciller, que será tan buena e incluso mejor que los anteriores que han pasado por el Senado Galáctico. Sólo necesita tiempo y confianza. Nuestra confianza. - Continué caminando, sin volverme a mirarle pero con mis argumentos en firme, era un hombre desesperante y cabezón, muy cabezón. Jamás entraba en razón por más argumentos validos a mi favor le dijera, se que llevo la razón en cuando darle un voto de confianza, pero el insiste en ser bruto y desconfiado e incluso entre los nuestros, eso es triste.

Deje de suavizarme el dolor de la muñeca, no valía la pena mostrar debilidades de este tipo y menos delante de él. No pienso darle más argumentos sobre la supremancia de los hombres sobre las mujeres, porque puede que ellos sean los que tienen la fuerza física, pero de que sirve eso cuando no hay cerebro para utilizarla. Sólo tenemos que recordar a aquella fabula antigua de David y Goliat, la mayor demostración de que la inteligente es valorada por encima de la fuerza. El triunfo.

¡Esta bien!... sino hay mas remedio le daré confianza... pero, de todos modos no me pida que la escuche cuando hable... porque no es justo que me pidas algo que no se hacer- me habia bajado delburro... aunque la pregunta era si lo habia echo por que tenía la razón o por que se callase, bueno eso se lo dejaba ami mente, el caso es que no tendría que desconfiar demasiado de ella, demasiado claro, no iba apasar a ser mi queridisima canciller... ni queridisima amiga tampoco, después cuando la conociese sería distinto.

Finalmente y por suerte se quedó callada, lo que aproveché para acelerar en el último tramo y así entrar en la nave la cual esperaba con la rampa de acceso abierta para que la senadora entrase miengras yo hacía los preparativos, mientras tanto Adeleim esperaba a recibirla a la entrada de la nave con una sonrisa algo infantil alegre de ver a la senadora:

¡Senadora!... ¡Qué agradable sorpresa!... Me s0orprende que tenga las agallas para soportar a Lucanorcito... sobre todo confiar que la lleve ¡EL!-dijo esta abriendo el canal de comunicaciones de la nave... para que me enterara... sería... a lo que contesté.

Código:

¡Adeleim!... deja de marear a la Senadora y ven donde te necesito

¿Ahora me necesitas Lucanorcito?... que irónico.... ¡COMO ME HAGAS UN RASGUÑO DESPRESURIZO LA NAVE-amenazó esta haciendo que yo hiciera una mueca mas de miedo que otra cosa... joder con Adeleim.

Código:

Oye... lo de ese asteoride...

La comunicación dejó de emitirse dado que la cortó Adeleim... no tenía remedio esta chica

Rodé los ojos y suspire con cansancio, era un hombre más que agotador, estoy por jurar que me está doliendo la cabeza solo de escucharle. Por lo menos había algo bueno de estar en la nave, Adeleim – Buenas tardes Adeleim, tan bien como siempre…Tienes toda la razón, no se como lo aguanto, claro que eso mismo debería decirte a ti también - Entré por las puertas tras haber subido por la rampa, posteriormente las puertas se cerraron y camine con toda la calma y tranquilidad del mundo, guiándose por sus conocimientos y recuerdos sobre la ubicación de las salas de la nave.

-¿Asteroide, que asteroide? –Cuestione con una ceja alzada, eso sin duda nos retrasaría y Lucanord tendría que terminar escuchando la conferencia, lo que ello supondría estar cansándose más de la cuenta.

Somos sufridoras... muy sufridoras... a mi no me queda mas remedio que aguantarle-dijo esta como si nada dejando que pasase, la nave era grande pero estaban las salas una tras de otra, no hacian nada extraño, estaba el punete yuna habitacion y aseo, un pequeño comedor, un taller y la zona de carga atrás... 700 metros no daban para más.

De todos modos llegaron al puente y yo miré a Adeleim con los ojos entrecerrados, esta me sacó la elngua infantilmente y me besó la mejilla apretando... siempre igual esta mujer, lo hacía por molestarme, e todos modos, intentamos comenzar la conversacion, quitándole la palabra a Adeleim:

¡Un asteroide... que utilicé como despiste para una nave enemiga... aterricé en el y después la otra nave se estrelló en el, la explosión dañó parte de los motores de cola de Adeleim... -dije con tranquilidad encogiendome de hombros-Aun así no fue mi culpa... si no me discutiese mientras hago las maniobras podría haber salido bien de la onda expansiva y haberme dirigido a otro lado para esquivarla

- Te compadezco mucho Adeleim, no debe ser nada fácil tener que soportarle de la noche a la mañana y todo el tiempo del mundo - Suspire, aún continuando con mis andares por los pasillos de la nave, con calma y observando todo con suma tranquilidad, y eso que no había cambiado nada pero…Era curioso, siempre sentí curiosidad por esa nave, estoy segura de que si fuera otro el almirante me habría perdido por sus pasillos para conocerla a la perfección, pero siendo Lucanord… Cómo que no, no soy masoquista aunque muchos piensen que si lo soy al dedicarme a la política pacifista.

– Vaya…Es horrible. - Más vidas perdidas por una guerra inútil y un vacío de poder otorgado por los piratas del Malevolence, no tengo nada en contra de la piratería mientras sea por la libertad perdida por culpa de las tres facciones, pero cuando ya hay crímenes y robos…- ¿Estás bien Adeleim? - Pregunte por ella, pues según Lucanord la explosión había afectado sus motores de cola.

Se puede decir que es soportable a veces... pero solo a veces-bromea Adeleim, lo mejor era que yo estaba escuchándolo como si nada, como si yo no estuviese por alli rondando por la nave, de todos modos se preocupaban mas de otras cosas que de despegar si es que no podría confiar en mi nave siquiera, tomaba cualquier respuesta contra mi y oportunidad que fuese darme la vara.

Finalmente fui activando los motores inferiores para así prepararnos para un despegue vertical, mientras los impulsores electromagnéticos entraban en funcionamiento, dandiole un tono azul electricoa toda la nave a la vez que arcos electricos salían de las celulas electromagnéticas inferiores y nos elevaban sobre medio metro del suelo:

Oye... yo no le ataque... em atacó el a mi-dije a sabiendas que se estaba compadeciendo por el muerto... encima eso, por mi me daba igual, pero vamos que hacer eso era una bobada, encima era a Adeleim a quien preguntaba.

¡Como siempre Lucanorcito me mimó y me reparó, como a mi me gusta-dijo esta, eso me hizo levantar la cabeza y mirarla... sería... despues encima me chillabva, y en el fondo le gustaba la manera en al que le pilotaba... hipocrita orgullosa... me guardé eso pero la fulminé con la mirad a lo que recibí una burla con su lengua.

- Pues será contigo, porque yo nunca consigo soportarle, es como un hombre de las cavernas, es imposible racionalizar con él - Respondí suspirando con brevedad. Era extraño como podía hablar y criticar a Lucanord teniendo a mi lado, escuchando todas y cada una de las palabras que Adeleim y yo intercambiábamos entre nosotros. Y no solo el, sino también mi guardia personal que venía con nosotros, aguantándose la risa para no estallar en una carcajada o esa habría sido mi visión, igual eran más serios de lo que aparentaban y no. Nunca lo sabré con certeza.

Sin embargo no pude evitarlo y tuve que contener mi propia sonrisa ante las nuevas palabras de Adeleim sobre el trato que le dio Lucanord. Si es que estoy segura de que si Adeleim fuera algo más que un holograma y estuviera hecha de carne y hueso esos dos tendrían más de un idilio entre ellos. Eran tal, para cual.

Elevaba la nave poco a poco mientras a ambos los miraba con algo de pena, vaya dos amigas... ne fin de todos modos yo era igual con ambas, y debía estar atento al despegue por lo que me puse a mirar los radares por si por medio había algun otro vehiculo o si nos encontraríamos alguna nave nada más salir de la atmósfera, no queríamos chocar con nada, además iba en modo manual Adeleim no controlaba por el momento absolutamente nada, exceptuando comunicaciones y algunos sistemas primarios que eran compartidos.

El despegue se realizaba con total normalidad, y ya en el espacio pudimos alejarnos del bloqueo habitual pasando cerca del Icarus, casi rozando su casco, siendo una maniobra demasiado temeraria esta porque ambas naves se movian y había una diferencia grotesca de tamaño:

¡El Icarus es una presiocidad!-dije suspirandoi mientras miraba a Adeleim que miraba también a la fascinante nave alejarse de nosotros con una maniobra evasiva mientras por las comunicaciones se abrian y se escuchaban varias sugerencias del capitán en esos momentos de la nave en mi ausencia-¡Yo también te quiero amigo mio! ¡Bien saltamos al hiperespacio!

Tras eso la nave pegó el aceleron a medida que yo elevaba una de las palancas de mi derecha y activava dos sistemas en la nave desde los paneles, para luego girarme, ahora solo bastaba con esperar:

¡Bueeno!... ¿Algún plan divertido?-pregunté a los tres, al soldado inclusive-Y tu sonríe hombre... Cyntherea es cascarrabias pero no muerde

Rodé los ojos en cuanto escuche las palabras de Lucanord. Mira que podía ser molesto e impertinente cuando quería, un sin vergüenza e insolente que aún me pregunto como puedo confiar en el. Sin embargo debo recordarme a mi misma que las apariencias engañan y que no importa como sea una persona pues lo importante es lo que es capaz de hacer, al menos para Lucanord hay que tener ese entendimiento claro o sino creo que sería capaz de coger una maseta y estrellársela en la cabeza.

Normalmente puedo contenerme, soy política y es el don de la palabra lo que mejor uso, sin embargo este hombre me desespera hasta más no poder. Me apoyo en la pared con los brazos cruzados, esperando…aunque en realidad no se lo que espero, ya estamos en movimiento y mejor permanezco callada, con un poco de suerte llegaremos pronto a Venus, después de todo no hay mucha distancia, sino mal por él porque tendrá que estar presente para la charla política entre la Canciller, los Senadores y los Consejeros.

Pues nada... el viaje se mantendría en absoluto silencio... bueno no, yo estuve jugando a los chinos con Adeleim... unas veces ganaba yo, otras veces la IA... endefinitiva una estampa un poco cómica, ¿que se le pasaría por la cabeza a esta mujer?... Bah era muy excéntrica... quizás pensaba como liberar a su pueblo de que la política no les reventara la cabeza... si una idea muy divertida y que me hizo reir solo, ante la mirada un poc atenta de Adeleim:

¡Ya salimos del hiperespacio y te he ganado mas veces!-dijo esta alegremente divertido mientras me miraba.

Bueno... al menos la paliza no ha sido tan grande como la anterior que te di yo-dije sacándole la lengua esta mientras desacelerábamos.

Venus... si el planeta en estos momentos no tenía bloqueo, la causa estaban en la Tierra pero volvería en breves, de todos modos la alarma saltó, más antes de que pudiese subir los escudos la nave fue alcanzada en cola por un caza sin identificar... activando las alarmas no solo las de ataque sino las de que estábamos jodidos:

¡He aquí tu paz... Cyntherea!-dije mientras la nave desaparecía del radar... ¿había sido un ataque? as lo mejor nos esperaban, pero ¿quien?-¿Has tomado datos de la nave Adeleim?

No Lucanorcito, me centro en los daños... motores de cola jodidos... generador de escudos.. al 5%, comunicaciones OK... sistemas de estabilización, jodidos... mantenimiento de vida, OK... Oye... ¿por que todo pone OK o Jodido?... no podías poner OK o Fallo como todo el mundo?-dijo esta riendose mientras me miraba despreocupadamente-Senadora abrochese los cinturones, su soldado tambien... como bien indica esto echo por este... ¡estamos jodidos!

Todo ocurrido muy deprisa, tanto que apenas me dio tiempo de ocupar mi puesto correspondiente y abrocharme el cinturón, por suerte no fui la única sorprendida sino que mi soldado acompañante también lo hizo. Ahora me quedaba asegurarme de lo que estaba pasando, al menos de intentar comprender lo que estaba ocurriendo.

Estoy segura de que sentí un movimiento brusco por la parte trasera de la nave, seguramente nos habían dado, más las palabras de Adeleim no tardaron en darme la razón en varios aspectos: Primero en que nos habían dado, segundo en que Lucanord era un almirante de flota bastante extraño, demasiado quizás, un maldito y jodido almirante que cambiaba las cosas a su manera y sin sentido. Y encima se me pone chulo, si hombre, lo que me faltaba.

- Creo que se equivoca almirante, mi paz es política y parlamentaria, dada al uso del don de la palabra, no a los disparos por la espalda. Está es la vuestra-

Me encogí de hombros a las palabras de Cyntherea, paz política... siii el don de la palabra, dudaba mucho que contra ese quien fuera sirviese mucho dado que nos iba a hacer dar un aterrizaje de emergencia... o en todo caso... morir en la atmósfera tal como estaban los escudos... bueno tenía la solución para algo era ingeniero:

¿Y de que te sirve la palabra ahora?... ¿solo para joderme u poquito verdad?... pues ahora me toca a mi a mi modo salvarte el culo... y de paso a tu soldado y a mi mismo-dije con tranquilidad mientras miraba aambos y me centraba en los mandos de la nave tecleando en la pantalla algunas variables.

Adeleim coteja los datos de atmósfera velocidad y curvatura del planeta... -dije a lo que Adeleim lo hizo sin chistar, colocandome los datos en la pantalla mas haciendo los calculos de aproximacion y angulo de reentrada al planeta.

¡LUCANORCITOO!-me gritó Adeleim asustada-¿A esta velocidad y con ese ángulo de reentrada?... matarnos en la atmosfera no creo pero... la galleta contra el suelo será monumental

¡Tranquila...! yo conozco el plan-dije con traquilidad a lo que Adeleim me paolló... podríamos estar siempre peleandonos pero en estos temas siempre confiábamos el uno en el otro sino... ya hubiesemos estado muertos.

¡señores pasajeros... aquí el vuelo 332 desde la tierra a Venus! Vamos a pasar unas turbulencias ligeras, las que podrían acabar en un poco de calor, aunque será lo de menos, el pronostico del aterrizaje es accidentado -dije, era sincero, pero no se matarían aunque no les daba mucha confianza-¡Adeleim cierra escotillas!...Aisla el puente del resto de la nave y despresuriza a un 43% en compensación, necesitamos el ángulo de reentrada ya...

Era la unica manera de hacerlo más rápido, volver esa parte de la nave mas ligera y poder maniobrar mas haciendo el ángulo de reentrada mas exacto.

Obviamente no se atrevió ni a rechazar mis palabras ni a darme la razón, muy típico de él. Poco o nada podía hacer yo ahora ante la visión que estoy teniendo, solo confiar en que todo salga productivamente, a pesar de que bien le conozco y se que el aterrizaje será de todo menos suave. La idea se me confirma poco tiempo después al escucharle, y ahora mismo no estoy muy convencida de que haya hecho la mejor de las elecciones al proponerle a el para que me llevará a Venus. Por lo menos no si quiero volver sana y salva, lo que esta claro es que si me quieren ver muerta si he acertado con ir acompañada de Lucanord.

Resoplo molesta y me aseguro bien, observando con deje preocupante tanto al almirante como a los presentes, no me gusta nada de esto, aunque ya debería acostumbrarme, siempre pasa algo parecido cuando está el al volante. Hombres…Y luego se quejan de las mujeres. ¿Dónde se habrá sacado la licencia espacial?

Calladita mas guapa.. no tenía a nadie que me discutiese, ni tan siquiera la histérica Adeleim que no podía estar a mi lado en esos instantes... mas que callada haciendo tu trabajo, mientras la nave comenzaba a entrar en la atmósfera. Aquello produció un enrojecimiento de la nave y un calor bastante alto dentro, las turbulkencias eran tales que no sabía bien si sobreviviríamos o la nave se desmoronaría:

¡Vamos pequeña!... tu puedes-decía mientras intentaba mantener la nave estable.

En ese instante se vió el azul cielo del planeta, acábabamos de pasar la atmosfera , ahora quedaba lo más dificil que era aterrizar la nave, sin motores en esos instantes no quedaba otra que nivelar la nave en el ultimo instante y rozar el suelo, aunque había unos sistemas que si funcionaban y podrías utilizar:

Adeleim... funcionan los impulsores electromagnéticos-pregunté a ersta mientras ella miraba el panel.

¡Si!... ¿que pretendes?-preguntó esta mientras yo esbozaba una sonrisa a la que ella obviamente no le gusto-¡Lucanorcito!... ese sistema está en periodo de pruebas no sabemos si funcionará.

Me había entendido, es lo que teníamos, de todos modos ahora acercábamos peligrosamente al suelo, si habíamos bajado mucho pues íbamos en picado, queriendo claro, no quería que la nave se colocara horizontalmente hasta que llegaramos a una altura considerable.

Finalmente activé los sistemas de atmosfera haciendo que las demas camaras desprezurizadas volvierana tener amosfera y así poder nivelar mejor la nave, mientras caíamos ma mas velocidad al añadido de peso.

La nave temblaba pero yo sereno viendo el altimetro caer en picado me hizo reaccionar a apenas 100 metros del suelo activando el sistema de propulsion electromagnética, eso hizo que el morro de la nave se elevar ante el campo magnético del planeta y comenzaramops a perder velocidad dirigiendonos hacia delante, arrasando varios campos de cultivo pero poco apoco terminando de movernos y finalmente haber aterrizado, lo ultimo fue desplegar el tren de aterrizaje ya si posar definitivamente la nave pudiendo resetear todos los sistemas para ver de donde venía el fallo:

Bueno... lo importante es que estamos vivos